La promotora Richelieu Developments ha encargado al estudio de arquitectura Bueso-Inchausti & Rein Arquitectos el residencial Madrigal 16, ubicado al noroeste de la ciudad de Madrid, en la urbanización Puerta de Hierro. El proyecto, que ya está finalizado, abarca una superficie construida de 7.490 metros e incluye cuatro bloques de viviendas distribuidas en dos viviendas en planta baja y dos áticos dúplex. Cada una de estas viviendas cuenta con grandes espacios, terrazas, piscina privada y jardines diseñados para preservar la intimidad en todas las estancias. El proyecto también dispone de zonas comunes, como piscina comunitaria, gimnasio y parking subterráneo con acceso directo a cada bloque.
El diseño de las fachadas ha previsto estructuras dinámicas que crean formas en movimiento, consiguiendo armonía e integración con su entorno. Las amplias cristaleras de los ventanales, así como las terrazas, los porches y la presencia del agua en todo el conjunto, consiguen una mayor sintonía entre los espacios interiores y los exteriores, la arquitectura y la naturaleza. Entre los materiales utilizados: pavimentos de piedra caliza natural y tarima, carpintería a medida de madera de roble, carpintería exterior de aluminio con perfiles minimalistas y paneles deslizantes de gran dimensión. En el exterior, se crea una doble fachada con paneles de madera y lamas de aluminio, aplacados de mármol abujardado y solados exteriores de granito.
La naturaleza en Madrigal 16, está siempre presente El estudio de arquitectura Bueso-Inchausti & Rein está especializado en arquitectura residencial y terciaria, es líder en arquitectura de vivienda de lujo en España, centrando su actuación en el norte de Madrid, en zonas como Chamartín, Conde de Orgaz, Barrio de Salamanca o Puerta de Hierro. En este caso, en el residencial Madrigal 16, el proyecto arquitectónico ha buscado la sintonía entre la arquitectura y la naturaleza. De esta forma las fachadas se han realizado con estructuras dinámicas que crean formas en movimiento, amplias cristaleras en los ventanales, terrazas y porches; utilización de materiales naturales – como la piedra caliza, la madera de roble, el mármol o el granito-; creación de grandes espacios, privados y de uso común; jardines diseñados a medida, y la significativa presencia del agua en todo el conjunto, consiguen una gran armonía entre la arquitectura y la naturaleza. Este residencial se une a otros que este estudio de arquitectura ha realizado en la zona norte de Madrid como el recientemente inaugurado edificio del Paseo de la Habana 75, o los conjuntos residenciales en el Paseo de la Habana 187- 189 (Premio COAM 2015+10); las viviendas en la calle Francisco Suárez 13, en la calle Lígula, en la calle Pradillo 34 (Premio Asprima-Sima 2016).
Fuente: El Economista Revista Inmobiliaria